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Mi mente y mi perro...

Actualizado: 21 nov 2022



Un día sentí que otra vez la ansiedad me iba a explotar el corazón. Sentía que necesitaba algo que me salvara la vida y era urgente... ¡Yo creía que podía morir!


Así son los efectos de un trastorno de ansiedad y ataque de pánico que mucha gente sufre, y confieso... yo soy uno.


En mi caso, no me medico con químicos pero eso no significa que no sean necesarios en muchos casos y en algunos momentos.


Mi medicamento principal es mi perro Diego... Y aclaro, un perro no es un frasco ni un tratamiento, es un ser que merece respeto y trato digno. Pero lo cierto es que ellos vienen preparados por la naturaleza para servirnos y ayudarnos mucho.


Aunque soy el líder de una manada grande (caballos, gatos, perros, ovejas, guacamayos, etc) Diego es mi amigo predilecto y tenemos una relación muy estrecha.


Sin entrenamiento para ello, Diego se me acerca constantemente para darme su cariño y así comienza una rutina terapéutica que surge de manera muy informal y no forzada. Creo que sabe lo que necesito y me lo regala. Es una dinámica buena para los dos y eso también es justo.


Creo que tu perro lo hace igual, aunque no te des cuenta. Aunque esto es un comportamiento natural de casi todos los perros, lamentablemente no muchos descubren ese tesoro que la vida a puesto entre nosotros para aliviarnos y para sanarnos.


Es decir, yo tengo la convicción de que Dios creo los perros para acompañar, asistir y apoyar al hombre pero no todos descubrimos ese regalo. Además es claro que no a todo el mundo le gustan los canes, cada cual escoge lo que entiende que necesita. Pero sin dudas el perro es el mejor amigo del hombre y ese título lo ganaron con los más grandes méritos.


Si aún no lo ves, puede ser hora de darle la oportunidad a tu perrito de darte lo que puede ser un amor que puede balancear tu mente.


Tienes un terapeuta emocional en tu vida... Tal vez amarrado detrás de tu casa ¡y no lo sabes!


Creo que el ser humano se vale de cantidad de hermosas fuentes de amor como nuestros padres, amigos, hijos, vecinos, etc.; pero entre todas esas fuentes el perro ocupa ese espacio que solo puede llenarlo un ser con esa única capacidad para celebrar nuestras llegadas y llorar nuestras salidas como ningún otro ser en esta tierra... El Perro...


Nos reciben en un día cualquiera como si cada uno fuera nuestro ¡cumpleaños! Y si tuvieran tarjeta de crédito y teléfono móvil, contratarían mariachis cada mañana para cantarnos al despertar...


Cuando me siento ansioso y muy tenso, Diego se me acerca y mete su gigantesco hocico (es un gran Danes) entre mis manos hasta que casi me ruega que lo acaricie y yo estoy seguro que no lo hace por él, lo hace por mi... sabiendo que ese amor sincero, resulta en un ejercicio que actúa sobre los puntos que necesitan un toque especial en mi cerebro...


Mi mente y mi perro...


Fernand Reyes Ph. D.



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